La seda es una fibra proteínica natural, algunas formas de la cual pueden ser tejidas. La fibra proteínica de la seda está compuesta principalmente de fibroína y es producida por ciertas larvas de insectos para formar capullos. El tipo de seda más conocido se obtiene de los capullos de las larvas del gusano de seda de la morera Bombyx mori criado en cautiverio (sericultura). El aspecto brillante de la seda se debe a la estructura triangular en forma de prisma de la fibra de seda, que permite que la tela de seda refracte la luz entrante en diferentes ángulos, produciendo así diferentes colores.

La seda es producida por otros insectos, pero generalmente sólo la seda de las orugas de polilla se ha utilizado para la fabricación de textiles. Se han realizado algunas investigaciones sobre otras sedas, que difieren a nivel molecular. Muchas sedas son producidas principalmente por las larvas de insectos en completa metamorfosis, pero algunos insectos adultos, como los tejedores de telarañas, producen seda, y algunos insectos, como los grillos raspadores, producen seda durante toda su vida. La producción de seda también se da en himenópteros (abejas, avispas y hormigas), peces plateados, moscas de mayo, trips, saltamontes, escarabajos, crisopas, pulgas, moscas y mosquitos. Otros tipos de artrópodos también producen seda, sobre todo diversos arácnidos como las arañas (véase seda de araña).

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